La
tecnología es muy importante en la vida de una sociedad, porque su uso y el
interés económico sobre ella la convierte o transforma en una mercancía con un
alto valor, sobre todo por los nuevos esquemas de comercio y competitividad en
el que nos encontramos inmersos como personas, como empresa y como país.
Las
nuevas tecnologías se han convertido en arma competitiva y en herramientas
inteligentes, cuya evidencia se va mostrando día con día en las transacciones
comerciales.
En la
nueva realidad comercial, donde la protección de tecnología es fundamental para
la comercialización de los nuevos desarrollos, hay tecnologías emergentes en
las ramas comerciales, industriales e informáticas, cuya protección por
patentes es primordial para establecer la propiedad de las ideas y sus
aplicaciones comerciales. Así, la propiedad Intelectual se convierte en la base
para establecer los nuevos valores de las empresas (Kevin, 2000).
Sin embargo, en el caso de México y aún después de todos los cambios en nuestra nueva realidad comercial, aún existen algunas limitaciones para proteger bajo el esquema de propiedad industrial las nuevas formas de negocio que en el extranjero ya se pueden registrar, lo que plantea la posibilidad de revisar jurídicamente la manera en que las nuevas áreas de protección surgidas de las también nuevas formas de comercio, puedan tener ahora la oportunidad de ser protegidas
Sin embargo, en el caso de México y aún después de todos los cambios en nuestra nueva realidad comercial, aún existen algunas limitaciones para proteger bajo el esquema de propiedad industrial las nuevas formas de negocio que en el extranjero ya se pueden registrar, lo que plantea la posibilidad de revisar jurídicamente la manera en que las nuevas áreas de protección surgidas de las también nuevas formas de comercio, puedan tener ahora la oportunidad de ser protegidas